sábado, 3 de diciembre de 2011

Imperio asirio

El fundador del reino asirio parece ser un tal Puzurassur en el siglo XIX a.C. Las dos ciudades principales del territorio serían Assur como capital comercial y Nínive como centro de la actividad agrícola. En estos años Asiria establece importantes relaciones comerciales con su entorno, especialmente con Anatolia. El nuevo rey Shamshiadad inicia una serie de campañas militares con el fin de asegurar la fluidez del tráfico comercial, convirtiendo a Asiria en una de las principales potencias de la época. A la muerte de este monarca cada uno de los territorios ocupados intentan recuperar su independencia. El renacimiento de Asiria se produce con Assurubalit, aprovechando la decadencia de su vecino Mitanni para intervenir en la política internacional. Será Adad-Nirari I quien inicie un autentico plan de expansión hacia el oeste, tomando el reino de Hanigalbat. Salmanasar I alcanza las orillas del río Éufrates e incorpora buena parte del Imperio de Mitanni, ahora en decadencia. La época de máximo esplendor del Reino Medio Asirio se produce en el reinado de Tukulti-Ninurta I, extendiendo las fronteras hacia el norte y el este y llegando a tomar Babilonia, Mari y Eshnunna. En el norte el nuevo enemigo serán los hititas. Incluso llegó a realizar campañas hacia el Mediterráneo, consiguiendo botines en las ciudades fenicias. En cinco años Tukulti-Ninurta I se convierte en el monarca más importante de su tiempo. La instalación de un fuerte contingente de arameos en tierras asirias provocará su decadencia durante algunos siglos, hasta que en el siglo IX a.C. se produzca una nueva etapa expansionista gracias al importante papel desempeñado por el ejército, que impondrá una política de terror en las tierras conquistadas. Assurdam será el inaugurador de esta política, restableciendo los límites del Reino Medio y asentando las fronteras para que Assurnasirpal inicie la verdadera expansión que alcanzará el norte de Siria, las ciudades fenicias, Amurru y Damasco. Salmanasar III consolida estos territorios y dirige su atención hacia el norte donde se enfrenta con el reino de Urartu y los estados arameos, conquistando Karkemish y Alepo. Todos los territorios ocupados deben pagar un fuerte tributo al Estado, convirtiéndose ésta en la principal modalidad de financiación estatal. En el siglo VIII a.C. con Tiglat-Pileser III se producen importantes cambios políticos, consolidándose una monarquía despótica basada en un fiel funcionariado. La política imperialista continúa tanto por el norte como por el este, cambiando la exclusiva percepción de tributos por la anexión territorial de los estados sometidos. La zona de Tabal y Que en el norte y el país de los caldeos en el sur pasan a manos asirias. Sargón II y Senaquerib amplían los territorios heredados de sus antecesores, acabando definitivamente con el reino de Urartu y alcanzando las fronteras de Elam. La zona de Palestina cae en manos asirias, tomando Jerusalén, Samaria y Gaza, siendo este territorio cabeza de puente para una posterior conquista de Egipto. Asarhadon y Assurbanipal alcanzarán la máxima expansión del Imperio Asirio al llegar a ocupar el Delta del Nilo y su capital Menfis, lo que suponía la sumisión de Egipto. En la zona este, el país de Elam es ocupado, tomando Susa, la capital. Asiria alcanzaba su máximo poder. Sin embargo, en el año 612 a.C., el babilonio Nabopolasar con ayuda del medo Ciaxares pondrán fin al Imperio Neoasirio, gracias a la caída de Nínive y la toma de Harran dos años después

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