Urano y Gea adquieren preeminencia, de ellos nacen doce hijos, los Titanes y las  Titánidas. Los Titanes son seis: Océano, el mayor, luego Ceo, Críos, Hiperión,  Iapeto y, finalmente, Cronos (Saturno). Seis hermanas, las Titánidas: Tía, Rea  (Cíbiles), Temis, Mnemosine, Febe y Tetis. Algunos de estos nombres responden a  funciones particulares dentro del mundo, así, Temis, por ejemplo es la Justicia,  Mnemosine es la memoria, quien garantiza la duración del mundo, no gracias al  tiempo sino a la alternancia entre el día y la noche. Tetis es una divinidad  marina; parece personificar la fecundidad femenina del Mar. Se casó con Océano,  y le dio más de tres mil hijos (los ríos del mundo), su morada está situada  lejos en el Oeste, en el país del Atardecer, todo rojo, que el Sol visita a  diario al bajar del cielo. Hiperión (el que viaja a lo alto) casado con su  hermana Tía, engendra a Helios y Selene (el Sol y la Luna). La mayor parte de  los Titanes no existe más que en su descendencia: Ceo, unido a su hermana Febe  (la Brillante), engendra a Leto, que más tarde será la madre de Artemisa y de  Febo. Críos, con Euribia, una de las hijas de Gea y del Pontos, engendró a  Astreo que fue uno de los esposos de la Aurora (Eos), al gigante Palas, y  finalmente Perses, que fue el padre de la diosa Hécate -la señora de la noche-,  diosa de la Abundancia, de la Elocuencia, pero también temible maga, hábil para  metamorfosearse en perra, en loba, en asna, y cuya estatua de tres cabezas se  erguía frecuentemente en las encrucijadas. Iapeto se casó con Climena, hija de  Océano y de Tetis, que le dio cuatro hijos: Atlante (Atlas), el gigante que más  tarde fue condenado a llevar sobre sus hombros la bóveda del cielo, Menoetio,  quien también participó en la rebelión contra Zeus, y que por esa razón fue  fulminado y sumergido en el Tártaro. El Titán cuya descendencia reviste mayor  importancia es Cronos. A partir de él se desarrollan los destinos que llevan al  poder a la generación divina de los Olímpicos. Los Cíclopes eran también hijos  de Urano y Gea, tres genios de la tempestad: Arges (el fulgor del relámpago),  Asteropes (las nubes de la tempestad) y Brontes (el estruendo del trueno), luego  los Hecatonquiros (los Ciembrazos), tres gigantes: Coto, Briareo y Gies. Urano  detestaba haber sido padre tan prolífico y por ello prohibía a sus hijos el ver  la luz; les obligaba a permanecer encerrados en las profundidades de la Tierra.  Ya que Urano imponía una continua fecundidad a su compañera, ésta planeó junto  con sus hijos mayores, la venganza. Ninguno de ellos aceptó, excepto el más  joven de ellos, Cronos, quien odiaba a su padre –no se sabe bien por qué-.  Entonces Gea le confió una serpiente de acero muy dura y aguzada, y cuando una  noche Urano se acercó a ella para fecundarla una vez más, Cronos que se  encontraba expectante, le cortó con la serpiente los testículos a su padre y los  lanzó al espacio. La sangre del dios herido cayó en forma de lluvia sobre la  tierra y el mar, donde engendró aun otras divinidades. De esta sangre que cayó  en la tierra salieron las Erinias –Eumenides-: Alecto, Tisífone y Megera, las  tres Furias, genios crueles que viven en las profundidades del Infierno, donde  torturan a los criminales, los Gigantes y una nueva generación de Ninfas, las  Melíadas, o Ninfas de los fresnos. Titán Atlas De la sangre mezclada con semen,  que cayó sobre el mar, nació la diosa Afrodita (Espuma). Amor y el hermoso  Deseo, la cortejaron en cuanto nació.
Laura Fortea

 
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