miércoles, 18 de enero de 2012

Las misteriosas divinidades primordiales, fuerzas ordenadoras del universo


El titán Saturno una vez vencido Urano, se unió a su hermana Cibeles y en ella engendró múltiples hijos. Pero como la Tierra había afirmado que uno de los hijos de Saturno lo sojuzgaría y se apoderaría de su trono, así como él mismo lo hiciera con su padre, el dios devoraba a sus criaturas apenas nacían. Este es el tema utilizado por el español Goya en una de sus más famosas telas.

Gaia, la madre-Tierra puede ser considerada la primera “aparición” de la materia. Por sí sola engendra a Urano, movida por la necesidad de tener un compañero. Eros, su contemporáneo en el Caos, principio espiritual del Amor, hace que Gaia se una a su primogénito. Fecundada por éste, Gaia da luz a los Titanes, los Cíclopes (monstruos de un solo ojos) y los Hecatónquiros (gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas).

La leyenda cosmogónica de Hesíodo muestra a Cronos, el Tiempo, indomable hijo de Gaia y Urano, revelado contra su padre por el incesante fecundar de su madre. Otra razón de su rebelión es, justamente, la devastación que la Tierra sufre con la violencia de sus otros hijos, los Hecatónquiros y los Cíclopes.

Para que Gaia no continúe engendrando infinitamente, Cronos corta los genitales a su padre. Su instrumento es una guadaña que la propia Tierra había afilado. La guadaña es el símbolo de la muerte. Pero quien muere no es Urano (él es inmortal): es su reino, que deja lugar al de Cronos, inclinándose a la implacable necesidad de evolución.

Al caer sobre la tierra, la sangre de Urano la fecunda una vez más, engendrando a las Erinias (símbolos de la culpa de Cronos), los Gigantes y las Melíadas, Ninfas de los árboles. Al caer al mar, los genitales del dios forman, con el semen expedido antes de la castración, una blanca espuma, de la cual nace Afrodita (Venus) Cronos significa el Tiempo: el hambre devoradora de vida, el deseo insaciable de evolución. Juntamente con Rea (Cibeles), su esposa y hermana, establece un reinado que se asemeja a la era preconsciente de la humanidad. En ese período, el Tiempo es todavía ciego. La vida no se comprende a sí misma, parece más bien un simple hervidero de elementos confusos que una real evolución.

Ininterrumpidamente nace y mueren seres, sin orden alguno (Cronos devora a sus hijos). Zeus ordenará definitivamente el universo. El es el principio divino de la espiritualidad, el nuevo orden que surgirá con la generación de los Olímpicos. Destronando a su propio padre, Zeus establecerá la base de las relaciones entre todos los seres.

Laura Fortea

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