jueves, 26 de abril de 2012

VESTIDA DE BLANCO

Estaban todos sentados en un jardín, bajo las ramas de un gran árbol. Y todo era paz en aquel lugar. El sol se iba escondiendo y una ligera penumbra se adueñaba del aire. Y un niño le pidió:

Quetzlcoatl háblanos de la Alegría.

Y El le miro dulcemente, y después miro a cada uno de los que estaban allí y con voz suave como la de la brisa que sube del fondo del rió así decía:

Alguien ha dicho que la Alegría es la fuente de la juventud y limpia sus hojas y la hace crecer sana, como crece un árbol con buena tierra.

Pero deben saber que la Alegría no es el jolgorio, ni la risa, ni la diversión.

La Alegría va siempre vestida de blanco y cuando asoma a la boca y lo hace con una simple sonrisa que llena los corazones y diluye la tristeza.

Y cuando asoma a los ojos, casi siempre arrastra a las lágrimas, pero estas no son de llanto sino de gozo.

Y cuando viene a las manos, estas desearían que sus dedos se hicieran plumas y pudieran volar hasta el horizonte del sueño donde todos somos UNO.

Quetzacoatl

Elisenda Gimbernat

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