Padre Nuestro Común, que vienes en el viento de las montañas. Que haces vibrar nuestros pechos para retenerte, y después te escapas en las palabras.
Bendito seas en tus Alas, porque todos cuantos tocas vuelve hacia Ti. Haz que nosotros también aleteèmos hacia Tu Gloria, porque solo en Ti esta la Armonía, la Dicha la Paz, y la Luz.
Bienaventurados aquellos que Te hacen suyo, porque Tu entras en ellos, y haces de sus moradas un paraíso donde se posan las aves del cielo, y las de la tierra y las de las aguas. Y todo…., todo cuanto nace en Tu busca. Porque, ¿para que son los pies?, sino para caminar los senderos hasta encontrarte. ¿Para que son las manos para que les crezcan alas hacia Ti?
ASI HABLABA QUETZALCOATL
ASI HABLABA QUETZALCOATL
Elisenda Gimbernat
No hay comentarios:
Publicar un comentario