
Los pretendientes siguen acosando a Penélope. Harta les propone lo siguiente: el que sea capaz de tensar el arco de Ulises, ese será su marido.
Todos fanfarronean. Pero tensar el arco de Ulises no es tan fácil. Todos los pretendientes lo intentan sin conseguirlo. Penélope sonríe. Mientras, Telémaco y Ulises han ido cerrando las puertas de la sala.
Telémaco también lo intenta y por poco lo consigue. Los pretendientes se burlan.
"Yo también voy a intentarlo" dice el mendigo que es Ulises. Los pretendientes le arrojan cosas. Es Penélope quien le defiende.
"Si este hombre lo consigue, le colmaré de riquezas y regalos" dice. Luego se retira a descansar.
Ulises va tensando el arco y Telémaco termina de cerrar las puertas. Con una facilidad asombrosa, Ulises consigue tensar el arco, pone una flecha y apunta a un pretendiente. Atenea le devuelve su aspecto. Caen uno tras de otro.
Laura Fortea
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