sábado, 19 de mayo de 2012

ENTRE LOS CABELLOS DEL VIENTO

Le decía una flor de cempasúchil a una rosa:

Mi hermana, dime: ¿Qué sientes como rosa al tocarte la mano del viento y acariciar tus pétalos?

Y la rosa le respondió:

Siento el fruto de todos mis esfuerzos, desde cuando era tan sólo una esperanza y aún dormía dentro de mí la inquietud por ser hermosa.

Y la rosa miró al cempasúchil y le dijo: ¿y tú?, ¿Qué sientes tú?

Y él le susurró sonriente:

Yo no siento nada. Tan solo doy mi aliento para diluirme entre los cabellos del viento y llegar a perfumar todos los rincones de su cabeza.

Y una tarde vino la mano del viento y sacudió con tal ímpetu al jardín que deshojó a la rosa y al cempasúchil.

Y el espíritu de la rosa sufrió mucho al ver que ya no tenia forma de rosa, sin embargo el espíritu del cempasúchil se sintió dichoso pues ya no estaba atado a la forma del cempasúchil, pudiendo ahora llenar todo el ambiente.

Así hablaba Quetzacoatl

Elisenda Gimbernat

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