miércoles, 28 de septiembre de 2011

ANTÍOPE

Según algunos estudiosos, la leyenda de Antíope sería una buena medida invención de Eurípides, no sabemos si recogiendo historias anteriores, en su homónima tragedia, que no se conserva completa. Antíope era hija de Nicteo, rey de Teba y de Polixo. Otros la hacen hija del dios río Asopo. Su deslumbradora belleza atrajo a Zeus, que se enamoró de ella y la poseyó, mientras dormía, transformándose en sátiro. Por miedo, huyó embarazada de la casa de su padre, refugiándose con Epopeo, rey de Sición, que se casó con ella. Estalló entonces la guerra entre Nicteo y Epopeo y ambos reyes murieron en el combate. Antes de morir, Nicteo entregó el poder a su hermano Lico, ordenándole que se llevara con él a Tebas y Antíope. De paso por el monte Citerón, Antíope dio a luz a los gemelos Anfión y Zeto, que fueron abandonados, pero salvados y criados por unos pastores.

Antíope fue maltratada en casa de Lico, especialmente por la mujer de éste, Dirce. Un día Antíope pudo huir de su cautiverio tebano y halló en el monte a sus dos hijos, convertidos ya en jóvenes. Se sinceró con ellos y les narró sus desgracias en casa de Lico. Anfión y Zeto decidieron tomarse inmediata venganza. Lucharon contra Tebas y mataron al rey Lico, en cuanto a Dirce, la ataron a los cuernos de un gran toro, y dejaron que la bestia la arrastrara y golpeara hasta morir. Luego arrojaron el cadáver a una fuente. El arte antiguo se fijó singularmente en el castigo de dirce, como prueba la más grande escultura helenísticca conservada, el llamado "Toro Farnesio", que se encontró cerca de Nápoles a mediados del siglo XVI. También en la casa de los Vettii, en Pompeya, hay un fresco representando el castigo de Dirce. Higino en sus Fábulas y Apolodoro en su Biblioteca narran la historia, básicamente tomada de Eurípides. También Ovidio en sus Metamorfosis. Motivos de la historia aparecen asimismo en Pausanias y Apolonio de Rodas.

Modernamente el arté, más que el castigo de Dirce, ha tendod a reflejar la historia de los gemelos o la seducción de Antíope por el sátiro Zeus, como en el sensual cuadro de Antoine Watteau "Júpiter y Antíope" (1715).

La interpretación o la visión de cada mito suele variar con las épocas. Si los antiguos prefirieron quedarse con la imagen de una mujer castigada por su crueldad y cruelmente, los modernos han preferido la seducción, incluso la sensualidad de la belleza que atrae al que la mira.

Laura Fortea

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